Desde los griegos a Hegel, una breve mirada a la Historia de la Filosofía

 

por Catalina Núñez Saballa



El nacimiento de la historia de la filosofía puede situarse en el apogeo de la filosofía griega, con Platón, y especialmente con Aristóteles, pero no alcanzó la madurez hasta el siglo XIX. en Aristóteles se encuentra presente una sugestiva concepción de la cultura, ya que, según este pensador, la humanidad atravesó diferentes etapas en el proceso de civilización, las cuales van desde diversas técnicas creadas para suplir las necesidades del hombre, hasta la especulación de lo divino, encontrándonos con la filosofía como culminación de este proceso civilizatorio.

Aristóteles posiciona a la filosofía dentro de su concepción global de la cultura humana, lo cual quiere decir que no se obtiene por gracia divina, ni tampoco corresponde a un logro ajeno a la civilización, sino que la etapa suprema del conocimiento del hombre se encuentra precisamente en su proceso de desarrollo. El análisis aristotélico destaca por el realismo presente en su perspectiva social, pues se encargó de posicionar el comienzo del progreso cultural en directa relación con la satisfacción de las necesidades y, además, en otro sentido, considera que la ciencia no puede originarse sino allí donde un grupo social disponga del ocio, o bien denominado skhóle, para dedicarse al estudio.

Emilio Lledó, por su parte, indicó que en el libro primero de la metafísica de Aristóteles podemos encontrar la primera historia de la filosofía accidental. La acción de Aristóteles aquí se puede definir como audaz, ya que entró de lleno a un campo completamente nuevo, en el cual realizó algo nunca antes visto en la historia de la filosofía, pues desde un punto de vista historiográfico, la filosofía griega anterior a Aristóteles representaba un territorio inexplorado respecto de la historiografía misma.

Aristóteles se preocupó por dar orden a la caótica literatura de carácter filosófico disponible, cuyas interpretaciones resultaron decisivas para reconstruir o más bien iluminar los orígenes del pensamiento filosófico griego. Se encargó de situar históricamente a sus predecesores, desde los más antiguos hasta los más “modernos”, los cuales correspondían a los pensadores presentes en su época, y además se encargó de identificar diversas escuelas filosóficas, agrupando a los integrantes por tendencias que se dedicaban a seguir, por otra parte, se dedicó a analizar el desarrollo de las principales teorías presentes en cada corriente filosófica. Pero se encargó, ante todo, de buscar una coherencia interna en la confusión que era la filosofía presocrática. Sin embargo, algunos críticos modernos han utilizado sólo unilateralidad para referirse a la historiografía aristotélica, llegando a ser cómico cuando luego ni ellos mismos pueden prescindir de muchos de los esquemas acuñados por Aristóteles.

La historia estuvo presente también en el mundo árabe, y constituía parte de la cultura general que recibían los estudiantes musulmanes en la Edad Media. La formación intelectual era sumamente importante en los jóvenes, sobre todo para aquellos que poseían ambiciones políticas, en ellos el dominio de la historia era considerado una necesidad. La historiografía árabe asume el carácter de ser la más importante hasta la aparición del historicismo moderno, pero a pesar de ello, se encuentra casi completamente silenciada en los círculos filosóficos.

Pero la madurez de la historia de la filosofía llega con Hegel, en quién se hace evidente la existencia de distintas influencias que él se esfuerza en reelaborar. Este pensador tiene una concepción bastante innovadora respecto de la historia de la filosofía, ya que, por un lado, posee el racionalismo filosófico, al cual se encarga de sintonizar a fondo. Y, por otro lado, tiene a la Ilustración, con cuyos ideales emancipatorios simpatiza desde muy temprana edad. Pero él, además, asume reflexivamente la tradición especulativa alemana, la cual en tiempos modernos parte en Leibniz y se consolida en Kant, hasta llegar a la culminación del denominado “idealismo alemán”. Hegel se dio el trabajo de investigar a fondo la historia de la filosofía en su totalidad, y, de hecho, sus cursos sobre esta materia fueron los que más veces ofreció en diversas universidades alemanas (Lorca, Andrés 2011, p. 37).

El historicismo hegeliano permite captar el sentido de las hazañas del pensamiento, y obviamente, éste es su punto central en la concepción que él tiene de la historia de la filosofía. Para Hegel, el pasado filosófico se observa dialécticamente, lo cual quiere decir que no es un bloque de erudición petrificada, sino más bien un saber persistentemente renovado.

En su estudio del concepto de historia de la filosofía, Hegel observa la unión de dos elementos antagónicos, lo histórico y lo filosófico, lo cual conlleva a una contradicción interna, ya que la filosofía tiene como propósito conocer aquello que es inmutable, eterno, y su mira es la verdad. La historia, por el contrario, narra aquello que ha existido en una época y ha desaparecido en otra, siendo de esta forma, desplazado por algo distinto.

Es gracias a Hegel que la historia de la filosofía alcanza un pleno reconocimiento como disciplina académica y se convierte en un centro de interés tanto de historiadores como de filósofos. Dicho esto, es necesario aclarar que la herencia especulativa de Hegel, la cual incluye a la filosofía de la historia, se quedó dispersa luego de su muerte, pero la contribución historiográfica que él hizo es innegable. Es por lo mismo que hoy en día toda concepción de la historia de la filosofía elaborada tras su muerte refleja un eco de su teoría (Lorca, Andrés, 2011, p.39).

Es necesario indicar que, en la actualidad, los críticos reciben el nombre de analíticos y los poetas han venido a llamarse filósofos continentales. Esta división con la que hemos vivido la mayor parte del pasado siglo ha impregnado todo y ha sido altamente destructiva. Y si hay algo que podemos dejar claro, es que la historia de la filosofía nos puede ayudar a salvar la distancia que existe entre los continentales y los analíticos, lo cual puede llegar a devolvernos una situación de diálogo y bases comunes semejantes a las que prevalecían antes de Kant. Pero aún queda la duda de cómo es que la historia de la filosofía puede ayudar a la filosofía actual en la cual han caído los continentales y los analíticos. El objeto aquí consiste precisamente en los textos históricos que tenemos a nuestro alcance, tales como, los escritos de Platón, Aristóteles, Hegel y todos los demás filósofos de quienes nos han quedado obras o parte de sus obras. Ahora bien, existe una cuestión en común qué han planteado los filósofos del pasado en relación con las cuestiones historiográficas que surgen cuando se desea explorar el pasado.

Y ante esto, nace la pregunta ¿ha avanzado la filosofía en sus más de 2500 años de historia? Es evidente que el progreso filosófico no ocurre siguiendo patrón alguno, sino que más bien avanza, retrocede, y da muchos rodeos, vueltas y piruetas. Por lo tanto, se entiende que el progreso filosófico debería concebirse como una espiral y no como algo lineal, y del mismo modo debe entenderse la historia de la filosofía. En suma, se entiende que la historia de la filosofía ha de hacerse filosóficamente y es posible denominarla filosofía de la historia de la filosofía (Cañas, José Luis, P. 250).    

Los usos que se le ha dado a la historia de la filosofía son variados. La amplia mayoría de los filósofos utilizan la historia de la filosofía no sólo para propósitos docentes, sino también como punto de partida para su propia reflexión filosófica. Dicho esto, alguien podría sostener que los filósofos se ocupan de la historia de la filosofía desde el momento en que reflexionan sobre algún pensamiento o idea perteneciente al pasado. Pero esto no significa que alguien que tome la historia de la filosofía se vaya a convertirse automáticamente en parte de la historia misma de la filosofía. La mayor parte de los filósofos utilizan la historia de la filosofía en su actividad filosófica, pero lo hacen cuando tratan con problemas y sus soluciones atribuyen con frecuencia planteamientos y soluciones de figuras históricas. Además, utilizan la filosofía cuando le están enseñando, ya que los textos que emplean son por lo general textos históricos considerados a menudo como la historia de la historiografía filosófica (García, Jorge, 1998, p. 10).

Ahora bien, en el intento de los historiadores de la filosofía por entender la historia de la filosofía, es esencial que vean por qué y cómo surgieron preguntas reconocidas en este ámbito, como la pregunta de Platón en la cual se refiere a qué es la justicia o la pregunta de Tomás de Aquino en la cual indaga por la existencia de Dios, es necesario ver todo lo que implica, puesto que este intento por entender puede servir también de terreno común para continentales y analíticos, ya que no pueden limitarse a descartar las preguntas que existieron desde un principio al alegar que aquellas preguntas carecen de sentido o que son de carácter trivial.

Bibliografía

·         Andrés Martínez Lorca. 2011. Introducción a la filosofía medieval. Madrid, España. Alianza Editorial. P. 21-39.

·         Cañas, José Luis. Sobre historiografía filosófica y filosofía de la historia de la filosofía. Universidad Complutense. Madrid, España. P. 249-257

·         García E, Jorge J. 1998. La filosofía y su historia: cuestiones de historiografía filosófica. México. UNAM. P. 9-15

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